Especialistas en hígado graso en Quito

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El término “enfermedad del hígado” abarca un conjunto de diversas condiciones que pueden impactar y dañar el órgano vital del hígado. A lo largo del tiempo, estas afecciones pueden desencadenar en una condición conocida como cirrosis, en la cual se desarrolla una cicatrización excesiva del tejido hepático. A medida que el tejido cicatricial reemplaza al tejido hepático sano, la capacidad funcional del hígado se ve comprometida de manera significativa. Si la enfermedad hepática no se aborda adecuadamente, puede llevar a una insuficiencia hepática grave y, en casos extremos, incluso a la formación de cáncer de hígado.

Síntomas de la enfermedad hepática

Los síntomas de la enfermedad hepática pueden variar según el tipo y la gravedad de la afección. Algunas formas de enfermedad hepática, como la enfermedad del hígado graso no alcohólico, pueden ser asintomáticas en sus etapas iniciales. Por otro lado, una manifestación común de problemas hepáticos es la ictericia, un fenómeno en el que la piel y la parte blanca de los ojos adquieren un tono amarillento. Este cambio de color se debe a la acumulación de bilirrubina, una sustancia que el hígado normalmente procesa y elimina.

Otros signos indicativos de enfermedad hepática abarcan:

• Dolor abdominal, especialmente en el lado derecho.
• Tendencia a los moretones con facilidad.
• Alteraciones en el color de la orina o las heces.
• Fatiga persistente.
• Náuseas o vómitos.
• Hinchazón en extremidades, como brazos y piernas (edema).

Opciones de tratamiento para la enfermedad hepática

El enfoque de tratamiento para la enfermedad hepática se adapta a la naturaleza específica de la afección y su progresión en cada individuo. A continuación, se presentan algunas alternativas de tratamiento:

Medicamentos: En ciertos tipos de enfermedades hepáticas, los profesionales de la salud recurren a medicamentos. Estos pueden ser útiles en el caso de infecciones virales como la hepatitis o trastornos hereditarios como la enfermedad de Wilson.

Cambios en el estilo de vida: La modificación del estilo de vida puede ser una estrategia efectiva para el manejo de algunos tipos de enfermedades hepáticas. Por ejemplo, en el caso de la enfermedad del hígado graso, es crucial evitar el consumo de alcohol, limitar la ingesta de grasas y calorías, y aumentar la fibra en la dieta. Para quienes padecen enfermedad hepática relacionada con el alcohol, abstenerse de beber puede resultar en mejoras significativas.

Trasplante de hígado: Cuando la enfermedad hepática avanza hasta el punto de provocar insuficiencia hepática, un trasplante de hígado puede ser la alternativa más adecuada. En este procedimiento, el hígado enfermo se reemplaza por un hígado sano de un donante.